miércoles, 29 de junio de 2011

Máquina de afeitar Gilllette (Julio de 1952)

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Para los que fuimos niños a finales de los 70's el título "Cabalgata Deportiva" suena familiar: Era una cápsula deportiva que se transmitía por televisión todos los domingos,al filo del medio día (no recuerdo la hora). Duraba 15 minutos, y era conducida por Enrique Llanes, practicante de la lucha libre en sus años mozos.

Para mí es una sorpresa encontrar anunciones como este, que nos muestran que la vinculación de Gillette con esta cápsula es mucho más antigua de lo que algunos creíamos. No soy apasionado del rey de los deportes, por lo que, aunque me arriesgo a caer en una blasfemia, no tengo idea quien era "Pantalones" Santiago.

En casa llegué a ver una máquina de afeitar como la que muestra el anuncio, aunque no en su estuche original. Y ya no me tocó conocer el "familiar paquetito de cinco hojas".

viernes, 17 de junio de 2011

Grabadora National (Junio 1970)

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Si leen el texto de este anuncio seguramente les llamará la atención que es una "grabadora compacta", con un tamaño semejante al de una minilaptop de nuestros días. Casi cualquier teléfono celular moderno tiene la opción de grabar voz, y reproducir música, en un tamaño mucho menor, con micrófono integrado, y aunque tienen una bocina pequeña, el nivel de volumen y la calidad de sonido son buenos.

Sin embargo, para 1970 aún eran comunes las grabadoras de carrete, y algunas tenían el tamaño de una maleta. El cassette era una novedad, y las ventajas que tenían sobre los carretes eran evidentes.

En los 70's eran más o menos comunes los equipos de la marca National, que si mal no recuerdo, era japonesa. En casa había una radio azul de mesa, que sólo tenía la banda AM, ese mismo modelo lo llegué a ver en varios programas de televisión de la época.

Aunque vieja, esta grabadora me resulta estéticamente agradable (tal vez porque me recuerda mi infancia) no así el micrófono, muy cuadrado para mi gusto. Me agrada la combinación del aparato con el escritorio de madera y las cartas.

martes, 14 de junio de 2011

Máquina de escribir Smith-Corona (Mayo 1951)

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Hay artículos que fueron muy usados en su tiempo, incluso más que eso: fueron imprescindibles para la entonces vida moderna. Verdaderas maravillas del avance tecnológico, hoy muchos de ellos merecen ya la categoría de piezas de museo, aunque todavía hace algunos lustros se podían ver -y comprar- en cualquier lado.

Muchos crecimos viéndolos comúnmente en casa; vienen a mi mente, entre otros, los siguientes:
  • Las válvulas termoiónicas o bulbos (post del 14 de mayo de 2010). Sin ellas era imposible pensar en un aparato electrónico, ya fuera televisión, radio, equipos de control industrial, etc. Fueron sustituidas por los transistores, con lo que los equipos se hicieron mucho más pequeños, livianos y confiables (revise este post del 13 de agosto de 2010 para ver un radio portátil anterior a la era del transistor). Contra lo que se pudiera pensar, la muerte de los bulbos no fue rápida: todavía en la década de 1970 eran bastante comunes las televisiones con estos componentes.
  • Los discos de vinilo (para un ejemplo vea este post del 7 de agosto de 2010). Su reinado fue largo, y su muerte rápida. Fueron desplazados hasta inicios de la década de 1990, cuando el disco compacto llegó a las grandes masas.
  • El cuboflash, para la toma de fotografías en interiores o en lugares con poca luz. Vea en este post del 4 de junio de 2010 un anuncio sobre su lanzamiento.
La lista es mucho más larga, y el día de hoy agregaremos otro artículo, la máquina de escribir. Los muchachos de mi generación sabíamos que estabamos creciendo, y dejando la niñez, cuando al entrar a la secundaria nuestras tareas debían presentarse en máquina de escribir. De niños pequeños ansiábamos dejar el lápiz y comenzar a usar bolígrafo, tal y como lo hacía papá, pero no nos era permitido hasta cuarto grado de primaria. El siguiente paso que se esperaba con ansia era usar la máquina de escribir, los modelos portátiles eran la lap top de nuestros tiempos.

Es difícil para un joven de hoy entender el ritual que suponía escribir a máquina: tener cuidado de no cometer errores, o no demasiados, pues borrar lo ya escrito sin dejar huella no era posible, tener cintas de repuesto en épocas de trabajos finales, si se quería otra hoja con la misma información sólo había dos opciones (fotocopiarla o volverla a teclear), ajustar manualmente los márgenes, aprender a separar las palabras en sílabas (no había opción de justificación completa), y un largo etcétera.

Para los que crecimos escribiendo de esta manera, los procesadores de texto eran casi mágicos. Al escribir podían hacerse correcciones, eliminaciones o adiciones sin echar a perder lo ya avanzado, no había que preocuparse por los márgenes ni la separación de las palabras... es más, ni de la ortografía.

Comparativamente, las máquinas de escribir eran más caras, grandes y pesadas que una netbook moderna.

viernes, 3 de junio de 2011

Relojes Hamilton (Mayo 1943)

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Sin duda, un anuncio curioso, aunque no para su tiempo. Ya habíamos comentado en otro post que durante la época de la Segunda Guerra Mundial el panamericanismo estaba de moda, y en la publicidad de las empresas estadounidenses todos los países de América recibieron un trato de igualdad... que no se ha vuelto a repetir.

Y que mejor ejemplo que este: Bolívar, Lincoln y San Martín, en la ilustración prácticamente hombro con hombro, para un anuncio de relojes. No cabe duda que son americanos de celebridad mundial, como dice el anuncio, pero por lo regular la publicidad estadounidense trata de ensalzar el american way of life. La necesidad de las materias primas de la América Latina hizo el milagro de que los autodenominados "americanos", recordaran que esta palabra designa a todo aquel que nació en nuestro continente; lamentablemente, lo olvidaron muy pronto.