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Hoy les presento al abuelito de las radios portátiles; es el anuncio más antiguo que conozco de este tipo de aparatos. Sin duda al lector le parecerá no un poco grande, sino ¡enorme! y es muy probable que no se destacara por su bajo peso. Sin embargo, se anunciaba como "La Pequeña Joya", y se ensalzaba su "tamaño mínimo"; otros detalles: no funciona con baterías, con seguridad sólo podía escucharse AM (dudo que pudiera captar onda corta), contaba con un asa retráctil para transportarlo fácilmente, y estaba "tropicalizado". Esto último no significa que sólo sirviera para escuchar cumbias, sino que estaba diseñado para resistir las condiciones ambientales imperantes en la costa.
¿Por qué la consideraban una radio "pequeñísima"? La razón es sencilla: el transistor se inventó un año después, y un componente indispensable eran los llamados "bulbos" (como el de este anuncio), por lo que aún no se entraba en la época de la miniaturización. Las radios realmente portátiles estaban todavía como a 10 años de distancia. Actualmente nuestro teléfono celular, mucho más pequeño y ligero, además de ser teléfono es también radio, cámara fotográfica, grabadora de audio, de video y cuenta con bocinas y pantalla a colores para reproducirlos... ¡sencillamente increíble! Y por si fuera poco, son computadoras portátiles, con su microprocesador y sistema operativo.
Este anuncio nos permite entender mejor como el transistor vino a cambiar muchas cosas, y como el hecho posterior de meter miles de transistores en una pequeña oblea de silicio ha permitido la revolución que actualmente estamos viviendo.
Un aparato moderno supera con creces a "la pequeña joya", lástima que no pueda decir lo mismo de la programación de la mayoría de las estaciones de radio.
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