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Dulces muy conocidos, ¡y todavía costaban sólo 40 centavos! (pesos de antes, cuando aún no se le quitaba tres ceros a la moneda) Este sabor no recuerdo haberlo probado, y parece que en ese tiempo era nuevo. Incluye la ya famosa frase publicitaria "si no tiene hoyo, no es salvavidas".
Es uno de mis anuncios favoritos, el conjunto se me hace armonioso, no está muy cargado, y logra su objetivo de atraer nuestra atención. Incluso no es difícil reconocer la moneda de 25 centavos que sale del monedero, típica de aquellos años (el dibujante tuvo la paciencia de incluir la fecha de acuñación: 1951). Y se asoma otra moneda, que por el borde parece de 10 centavos, no estoy seguro. Pero si puedo afirmar que es el mismo borde que tienen las actuales monedas de un peso, basado en el calendario azteca.
Como dato curioso les diré que a pesar de su aparente simpleza, me costó algo de trabajo restaurar este anuncio y devolverle sus colores originales: La hoja estaba muy amarillenta, no era papel de buena calidad. Creo que valió la pena, pues estos dulces siempre son un grato recuerdo que sin duda nos transporta a nuestra infancia.